Exequiel Vargas Moya (1996) es un fotógrafo nacido en Rancagua. Ha publicado en ediciones Iconbototos y La visita, editorial con la que además publicó el proyecto fotográfico Garza el año 2023. El año 2024 su proyecto fotográfico “Las Ranas Son Sintetizadores” fue seleccionado como uno de los mejores de los visionados de proyectos fotográficos en el Festival Internacional de Fotografía Valparaíso (FIFV) el cual será expuesto en la versión del FIFV 2025.
Hoy publicamos fotografías de este proyecto, además una serie de fragmentos en los que Exequiel explica el propósito de su fotografía y su obra.

«El territorio ocupa un lugar central en mi obra, no solo como espacio físico, sino como una extensión del ser. Los paisajes que capturo—ya sean urbanos o naturales—se convierten en espejos de emociones y experiencias humanas, reflejando cuestiones de pertenencia, desplazamiento y transformación. Desde una mirada introspectiva busco capturar lo que a menudo pasa desapercibido: la poética de lo cotidiano, los silencios de los espacios y las
huellas invisibles que dejamos en nuestro paso por el mundo.»

«A través de la fotografía, busco no solo capturar imágenes, sino también crear puentes entre el espectador y el territorio, entre el espacio físico y el emocional. Mi objetivo es abrir una ventana para que cada persona pueda mirar hacia adentro, hacia sus propios paisajes internos, y encontrar en ellos un eco de lo que retrato. La fotografía, en mi
experiencia, es una herramienta poderosa para descubrir, entender y habitar el mundo, tanto en sus aspectos más evidentes como en aquellos que solo se revelan en la quietud y la contemplación.»



«En el proyecto fotográfico “Garza” retrato a quienes amo profundamente: mi familia y el territorio en el que habitamos. Clément (2004) define a estos espacios como el tercer paisaje, donde funcionan como refugios para la biodiversidad y es aquí donde se enfrentan dos moradas: blocks y nidos.»

«En el terreno aledaño a mi hogar se distingue un sauce llorón, el que sirve de guarida para las garzas cansadas de viajar. Según el libro Wera Wenu Werken, aquellas aves “son protectoras y ayudan a encontrar el camino a los extraviados durante la noche” (Aguas, Claveria, 2009, p. 86). A raíz de esta reflexión, comencé a invocar a estos ser
alados, con mi cámara, durante mis derivas nocturnas.»
