Hatu G.K. seudónimo de Patricio Gutiérrez (1990) es un poeta chileno que ha publicado dos libros Rosaleda (Editorial Mago, 2017) y la antología Pastorial (Ediciones Infame, 2023). Hoy presentamos cinco poemas inéditos

  1. Xilográfica del ojo

Mis padres: la valía en llanto,
cerradura. El poco indulgente del terror.  

No puedo desoír ni fingir,
menos a la manera
donde preservan fotografía,
no por cantidad sino el temor
de guardar lo que le amenaza: pertenencia. 

No nos queda ya. Puñal más que mano. 

El quehacer madre
es vaina.

Hay un lancero que reclama el marco.

Un deslumbrado libidierandísimo
adyace lapa y en entierro público
más peor, le toma por sorpresa
el origen del mundo del cadáver. 

La carilla olvida al rostro y madera
inhibe a la más católica de las madres.
El invitado desarma su lastre y habla. 

Juramentado queda a Dios que se le quitará,
lengua sacralizad, que del tiempo púrpura
el manto castiga y la torre caerá siendo
a par de mala hierba, vitricida amparada;
no distinguiremos la antonimia.

Así, agredidos los colores de falda
en marcha heroica no son tragedia,
sino la muerte aceptada,
de cara a la luna su culta en pasos libres,
los saltos y los brazos, dan su tez
las estaciones amnesia de símbolos.

Anomastismo del anatema universal.
La calumnia que el ciego acusa
heredada de la sangre
–lengua de mi tierra en tu tierra exige: madre–. 

  1. Patrística del afecto

Reconocer pendular del Padre
en melancolía: triste espejo que llama a destruir

Frustrarse de no querer la tierra que se abre,
aquella que devora rosales
            que aniquilan lenguas

Amar al Padre con la voluntad maternal. Mi vida
perseguir encierros
verdorial queda infantilizado, criado
correr adviene
y graznidos suceden sin oírse tras la ventana,
cristal de la experiencia.

Antiproliferativo de todo sin Padre;
Padre que huye no arranca, haya
deja carne que mira:
cristopatogenia omnipresente de morir, morir. 

Yertos cándidos descienden
y de la tierra, un nombre. 

Dejar sangre por fenecer abandono
amar al Padre, Padre. 

  1. Bailarina

Sangre que es palabra
–linfa diatónica, emisión directa–.
El nombre en pupila de carroña.

Intención no ha lugar
–descontexto localizado–
vocal de ígneos
norma número
yo conozco el pecado
en bolsillo, rumia.

¡Oportuna repetición!
Reflejo inducido
es carne que calla.

  1. Panfleto

Cómo repudio, alcázar radiata
rojo o purpúreo, de recordar su velo
pañuelo de guerra, lis manca peña.

Graforrea por sobre grafologías
es el oscuranto del gramócrata.

Reajuste de cuentas de sibilantes
choclosa y granado por simpatía.

Y es que de odio mancilla tierra.
Que de cada marcha sale un graznido.

El mugir de los mugidos
–duplicativo plagiativo–.

Cantar de boca adentro 
garganta monóloga
tragadero de pecho.

  1. Di-variación

Tabular o divagar
el rayo, abúndese
mi delineado intrafacial, hoja visceral
merienda as de enfermedad: ¡Hay una letra!
Para quien, frase de números prescritos
en piedra haya, nomenclatura la píldora
impedimento que tuerce, no viento
no deshace, angula.

Picadero de lluvia y primavera.
Redondel móvil deseo consuma al menor aire
es historia, calor, escaramuza. 

Y fulguraba en los pasillos: pasillos que palidecían:
¿era ese su multicolor?

En los espejos de la recreación
no hay caminos que den dirección
al asecho de los rostros rozagantes
perfiles a los ojos clavan
sin ordenarse ya disponen
que de miles una veintena cae
en los dedos has de contar.

Colección de pupilas
de tres a siete anillos
sortija de placer en agudo
diamantado en tus silencios.

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